Más sobre el castellano
Carlos Arnanz Ruiz - El Adelantado de Segovia - 25 enero, 2023
La verdad es que tenía en duda, si dedicar o no una segunda entrega a este tema ya que no fueron pocas las cosas que se me quedaron en el tintero. Pero ahora ya tengo claro que si debo hacerlo, aprovechando la oportunidad de tener que dar respuesta a don José María Martín Mesa, licenciado en Filología Hispánica, por la alusión que me hace el 16 de enero del corriente año de 2023, en este mismo diario.
Viene al pelo una anécdota que me contó hace muchos años, un compañero telegrafista, trasladado a Segovia desde Salamanca. Había sido éste vecino de don Miguel de Unamuno en la ciudad charra y coincidían, con frecuencia, en el camino que seguían, uno a la Universidad y otro a la central de Telégrafos.
Hablaban de todo un poco. Pero, con el tiempo, llegó a comprobar que don Miguel se complacía en llevar la contraria. Para ello recurría a ingeniosos argumentos irrefutables que indefectiblemente provocaban la perplejidad de su efímero compañero de viaje.
Siendo esto así ¿Dónde está la verdad? ¿Y no habrá, acaso dos, tres y más verdades? Está claro que, teniendo supuestamente toda la razón, te la pueden quitar con buenos argumentos e incluso, no tan buenos.
Respecto al tema que nos ocupa de español o castellano, con razón o sin razón, parece que la cuestión se ha encallado y cada cual lleva el ascua a su sardina. ¿No sería lógico, pues, que los castellanos adoptáramos una postura casera?
Propongo al respecto, medio en broma medio en serio, aceptar lo que la ley permite de no declarar en contra del acusado como testigos a los ascendientes, descendientes, pareja de hecho, hermanos y parientes colaterales hasta el segundo grado. Es decir: que como castellanos, se nos permita, repito, no tirar cantos contra nuestro propio tejado.
No voy a repetir lo que dije con anterioridad pero sí viene bien aportar más datos que pueden ser interesantes para enriquecer el debate. Desde un punto de vista tradicional no exento de romanticismo, lo dicho, dicho queda y no hay por qué “meneallo”. Pero en este segundo artículo, menos altruista y más pragmático, voy a tratar del PERTE, o dicho de otro modo, dinerito, mucho dinerito, contante y sonante.
¡Con la iglesia hemos topado, Sancho!. Es el PERTE la nueva economía de la lengua que cuenta con un presupuesto de 1.100 millones de euros de inversión pública y que pretende movilizar a 1.000 millones más de inversión privada. Por cierto, quedan aquí reconocidas las lenguas españolas cooficiales a las que el Sr. Martín Mesa niega su españolidad.
Pues bien hay argumentos para todo y se esgrimen con más o menos razón o sin razón. A veces, con voz clara y a veces, distorsionada por la amalgama de la gran ceremonia de la confusión a que ha llegado a convertirse la España de las autonosuyas.
Conviene recordar que, en su momento, se hicieron de prisa y corriendo unas agrupaciones provinciales llamadas autonomías. La mayoría se ajustan a las provincias de su región. Pero con Castilla no fue así.
Veamos: Por entonces se conocía como León: León, Zamora, Salamanca, Valladolid y Palencia. En el caso de Castilla la Vieja: Santander, Burgos, Logroño, Soria Segovia, Ávila y como Castilla la Nueva, Cuenca y Guadalajara.
Madrid quedaba diluido en su expansión como capital de España, aunque con gran arraigo castellano en su provincia, pues no se olvide que la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia rebasaba el Tajo y todavía hoy algunos municipios madrileños forman parte de la actual Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia.
Instalada la prudencia en la capital del acueducto, se impuso el criterio de dar tiempo al tiempo y estudiar bien el asunto antes de tomar decisiones. Pero estas fueron impuestas, no sin resistencia y con recursos legales hechos a medida de las urgencias y de otros intereses.
El resultado fue que Logroño, consciente de que se le pudiera venir encima un centralismo vallisoletano, consiguió una autonomía con el nombre de la Rioja, en detrimento de Los Cameros y abdicando de su consideración tradicional de castellano. En Santander pensaron lo mismo. Poco pudo el movimiento Santander en Castilla. Y se constituyó la comunidad de Cantabria, abdicando también de su condición de haber sido tradicionalmente la “Montaña de Burgos”.
¿Y qué pasó con el resto de Castilla? Pues que se fragmentó y una parte, Burgos, Segovia, Ávila y Soria las metieron a capón en León y el resto, Guadalajara y Cuenca, en Castilla-la Mancha. Ha transcurrido el tiempo y que cada cual saque sus consecuencias si esto ha sido para bien o para mal.
Ahora surge hablar del PERTE: LA NUEVA ECONOMÍA DE LA LENGUA como acabo de decir. Y se puede comprobar que la ciudad leonesa de Salamanca, reclama frente a otras ciudades con argumentos respetables, más recursos para proyectos del Centro internacional de la Lengua, que solo ha recibido 2,5 millones. Al mismo tiempo que se siente agraviada por el gobierno porque La Rioja, recibirá 45 millones para un centro de Inteligencia de este invento.
Y es que aquí vuelven a considerarse motivos políticos porque esta Comunidad está gobernada por el PSOE mientras que Castilla y León, lo es por el PP. Hay que observar que ahora si aducen sus raíces castellanas en la Rioja por la pura conveniencia económica. Porque ¿a quién no sorprende y maravilla que el castellano no naciera en Castilla?
El País Vasco, Valencia, Cataluña, Andalucía…también pugnan en esta competencia mercantil que afecta, incluso, a una cierta rivalidad entre las ciudades de Valladolid y Salamanca. Y ¿qué dicen Segovia, Ávila, Soria, Burgos, Guadalajara y Cuenca? Pues nada, o muy poco Y Burgos, la cabeza de Castilla, menos todavía, tan implicada como está en la abolición de las armas nucleares… Así que como para distraerse con estas zarandajas. Si acaso Madrid que también pretende pescar en este río revuelto porque, como alguien ha dicho, ”Hay peces para todos”.
En fin Sr. Don José María Martín Mesa, llame al castellano como usted quiera. Que en este barullo su voz y la mía quedan confundidas en el griterío del mercadillo. Poco importa que se llame español o castellano. Lo importante es cuánto me llevo.
Defienda el español si así lo entiende como filólogo que yo lo haré por el castellano en base a que Castilla cuenta en su haber con indiscutibles realizaciones históricas, pero acaso ninguna tan formidable como la creación de su propio idioma. Esta lengua, hoy vehículo de cultura, de más de quinientos millones de hablantes, (1) es la obra colectiva de un pueblo joven e innovador…. Y también porque se le respeta al inglés su nombre tradicional sin cambiársele por británico. Decir castellano es rendir un modesto homenaje a la región que tanto hizo por España y que hoy permanece fragmentada y muda.
Acabo recordando el artículo 3.-1 de la Constitución Española que dice: El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
Y según esto ¿es constitucional decir español?
——
(1) De 1978, fecha en que se firmó el manifiesto de la lengua a 2023 han transcurrido 45 años. En este tiempo han aumentado doscientos millones los castellano-hablantes.
(*) Del Centro de Estudios Castellanos.
sábado, 22 de julio de 2023
viernes, 14 de julio de 2023
Las belgas
Las belgas
Carlos Arnanz Ruiz - El Adelantado de Segovia - 13 enero, 2023
Con este nombre se conocía en la inmediata postguerra del 36 a un colegio situado en la Plaza de la Merced de Segovia. El título oficial era COLEGIO HISPANO-BELGA. Lo dirigía doña Aurora Muñoz Folch y le ayudaba doña Luisa Vázquez Folch.
Un servidor contaba, por aquel entonces, 6/7 y 7/8 años en los cursos de 1943/44 y 44/45 respectivamente. Nos juntábamos unos sesenta niños de ambos sexos en dos clases. Había tenido una experiencia anterior asistiendo a un aula para párvulos ubicada en el Hospital de la Misericordia que estaba regida por una monja llamada Sorelena. Así, todo seguido. Tuve que pasar algún tiempo para comprender que sor era hermana.
Como me infundía un profundo respeto, por no decir miedo, la proximidad de los enfermos del hospital, quise abandonar mi asistencia a las clases a las que solo acudí muy poco tiempo.
Pasé al COLEGIO HISPANO-BELGA que tenía por entonces mucho predicamento. Estaba ubicado, como acabo de decir, en la plaza de la Merced, casi enfrente de la iglesia de San Andrés y más concretamente en el número 4. José María Pérez de Cossío, en un artículo publicado en este mismo diario hace diez años, aludía al frío que pasaban los niños que tenían que transitar por la calle Marqués del Arco para ir a LAS BELGAS. ‘La calle más fría y con mayores ventoleras de Europa´, afirmaba.
No tenía yo que pasar por tal trance ya que, viviendo en la calle de la Judería Vieja, me dirigía a la plaza de la Merced por las calles de San Jeroteo, Refitolería y Almuzara. Y en cuanto a los nombres de las familias que cita José Mª: “Vidaechea, Giráldez, Bezares, Ramiro y Peñalosa,” sí las recuerdo pero no tuve trato con algunos de sus miembros hasta tiempos posteriores.
Un nombre maldito, del que no quisiera acordarme, hace la excepción. El de una chica a la que llegue a odiar a muerte. Fue la culpable de que doña Aurora me requisara una preciada carpetita con cromos de futbolistas, ciclistas, papeles de calco, recortes diversos y otras cuantas papandujas más. Traspasándola de un bolsillo a otro, esta “malvada” criatura me la arrebató, provocando un forcejeo del que se dio cuenta doña Aurora y que motivó que ésta requisara mi apreciada carpetita, quedándose con ella sin devolvérmela.
Aparte de este suceso, recuerdo otros tres especialmente significativos: El primero, un partido de futbol en la Plaza de la Merced de los muchos que jugábamos y que ganábamos siempre, fuéramos los que fuéramos, los componentes del equipo. Pero un día tuvimos dificultad para encontrar portero y hubo que echar mano de uno de los `bibilines´, nombre con el que se conocía a los más pequeños. Se despistaba este y aquella portería se convirtió en un coladero. No fue buena idea confiar la defensa a un guardameta de dos años.
El segundo, fue el incendio que provocó un rayo caído sobre el chapitel de la torre de la Iglesia de San Andrés. Según Pedro Luis Peñas en su blog SEGOVIA Y MATEMÁTICAS, este suceso se produjo el jueves 15 de abril de 1943. Pero yo siempre he tenido en mi mente que la tormenta se desencadenó el Viernes de Dolores, no recuerdo si de 1943 o 1944.
Escuchamos el tremendo ruido del trueno, el fogonazo del relámpago y la caída del rayo, todo a la vez. Al poco, vimos por las ventanas las llamas y trabajar a los bomberos. Mientras tanto, esperábamos a que nuestras madres vinieran a recogernos.
Como la reconstrucción tardó algún tiempo por causa de la falta de recursos económicos, el olor a madera quemada persistió en el ambiente perpetuándose en el tiempo. Aun hoy cuando paso por sus inmediaciones, creo percibir este olor. Varias veces y en Viernes de Dolores, he recordado el suceso, sentado en un banco y contemplando la torre.
El tercero y último tuvo que ver con la celebración en mayo del mes de María. Teníamos que llevar flores para un altarcito de la Virgen que había en el vestíbulo. Cuando dije en mi casa que debían comprarme un ramo, a mi padre no se le ocurrió otra cosa que cortarlo de un sauco florecido en el patio de la casa. Olía a demonios. No me atrevía a llevarlo pero se me obligó. Y cuando llegado el momento se lo entregué a doña Aurora, esta exclamó ¡Que peste! y lo arrojó violentamente por la ventana de un patio interior.
LAS BELGAS fue para muchos niños segovianos un referente que luego tuvo continuidad en la calle de La Trinidad. Fue famosa en esta nueva época “la fila” por las calles de Segovia que recogía a los niños y los trasladaba hasta la nueva ubicación en el número 2, pudo ser otro borrado y 8 actual. El Colegio lo regentaba ahora doña Carmen van den Eynde.
Dicho esto, agradezco la inestimable aportación que me ha facilitado un alumno de esta segunda época y que ha recabado de la Prensa Histórica. No desea este que cite su nombre. Es, sin duda, un valioso conjunto de datos que enriquecen estas líneas.
Florencio Julián Emilio Alejandro van den Eynde y Raskin (Amberes 1864-Segovia 1938) llega a España a finales del siglo XIX como cónsul belga en Bilbao, San Sebastián y otras ciudades, y también como inversor en empresas de la incipiente telefonía en el País Vasco. En junio de 1891 Florencio contrae matrimonio en Madrid con la cubano-asturiana Luisa Lucía de la Caridad de Posada de las Torres (1865-1926).
Florencio y Luisa-Lucía son los padres de Carmen van den Eyden de Posada (Bilbao 8-6-1903-Segovia 4-6-1975) futura directora de la segunda época del HISPANO-BELGA en la Trinidad; la maestra María Luisa (1894-Segovia 1957); las monjas Concepción y Pilar, y Alberto, ciudadano belga muerto en la adolescencia en tiempos de la I Guerra Mundial, probablemente en el frente.
Doña Carmen fue monja también algún tiempo. En La Correspondencia de España (30-9-1920) se dice; “En el Convento de Religiosas Agustinas Misioneras de Ultramar se ha celebrado la toma de hábito de la señorita Carmen van den Eyden y Posada que ha adoptado el nombre de religión de Isabel María, apadrinándola su Alteza Real la Infanta doña Isabel, representada por la marquesa de Alhucemas”.
Florencio se instala en Segovia en 1934 en la Plaza de la Merced número 4, primera sede del colegio historiado. Con estas señas anuncia la venta de bombas eléctricas (La Ciudad y los Campos, 19-5-1934). En los años siguientes figura como miembro del Cuerpo de agentes comerciales de Segovia. (Heraldo Segoviano, 17-2-1935) (26-1-1936).
¿Podría pensarse que doña Aurora, ajena a la familia, es una contratada para dirigir la primera época de LAS BELGAS y doña Luisa, la hija maestra de Florencio? Sin embargo, existe la foto de un nicho en el cementerio de Segovia, publicado en Internet por algún descendiente que muestra juntos los nombres de Florencio van den Eynde, Aurora Muñoz Folch (fallecida el 10-9-1952) y Luisa Vázquez Folch (fallecida el 3-9-1962).
Durante la segunda época del COLEGIO HISPANO-BELGA aparece como regidora absoluta la ex religiosa Carmen van den Eynde de Posada, repito (1903-1975), hija del cónsul belga ya citado y casada, a la sazón con Manuel Martínez de Tejada Rojero, o Rogero (Santiuste de San Juan Bautista 25-6-1909, 22-10-2000).
Carmen y Manuel son, a su vez, padres de Concepción Eulalia, Juan José (1040-1998), y Teresa de los Dolores Martínez de Tejada van den Eynde (a) “Teruca” (Segovia, 15-10-1944- Viveiro 2-3-2019) profesora multiuso del colegio y esposa, después, del militar Felicísimo García Sevillano.
El recuerdo que el COLEGIO-HISPANO BELGA me dejó fue imperecedero y supongo que también en muchos de sus alumnos. Pienso que no estaría de más dedicarle un pequeño detalle en el callejero segoviano o cuando menos, una modesta placa.
—— (*) Académico Honorario de San Quirce.
Carlos Arnanz Ruiz - El Adelantado de Segovia - 13 enero, 2023
Con este nombre se conocía en la inmediata postguerra del 36 a un colegio situado en la Plaza de la Merced de Segovia. El título oficial era COLEGIO HISPANO-BELGA. Lo dirigía doña Aurora Muñoz Folch y le ayudaba doña Luisa Vázquez Folch.
Un servidor contaba, por aquel entonces, 6/7 y 7/8 años en los cursos de 1943/44 y 44/45 respectivamente. Nos juntábamos unos sesenta niños de ambos sexos en dos clases. Había tenido una experiencia anterior asistiendo a un aula para párvulos ubicada en el Hospital de la Misericordia que estaba regida por una monja llamada Sorelena. Así, todo seguido. Tuve que pasar algún tiempo para comprender que sor era hermana.
Como me infundía un profundo respeto, por no decir miedo, la proximidad de los enfermos del hospital, quise abandonar mi asistencia a las clases a las que solo acudí muy poco tiempo.
Pasé al COLEGIO HISPANO-BELGA que tenía por entonces mucho predicamento. Estaba ubicado, como acabo de decir, en la plaza de la Merced, casi enfrente de la iglesia de San Andrés y más concretamente en el número 4. José María Pérez de Cossío, en un artículo publicado en este mismo diario hace diez años, aludía al frío que pasaban los niños que tenían que transitar por la calle Marqués del Arco para ir a LAS BELGAS. ‘La calle más fría y con mayores ventoleras de Europa´, afirmaba.
No tenía yo que pasar por tal trance ya que, viviendo en la calle de la Judería Vieja, me dirigía a la plaza de la Merced por las calles de San Jeroteo, Refitolería y Almuzara. Y en cuanto a los nombres de las familias que cita José Mª: “Vidaechea, Giráldez, Bezares, Ramiro y Peñalosa,” sí las recuerdo pero no tuve trato con algunos de sus miembros hasta tiempos posteriores.
Un nombre maldito, del que no quisiera acordarme, hace la excepción. El de una chica a la que llegue a odiar a muerte. Fue la culpable de que doña Aurora me requisara una preciada carpetita con cromos de futbolistas, ciclistas, papeles de calco, recortes diversos y otras cuantas papandujas más. Traspasándola de un bolsillo a otro, esta “malvada” criatura me la arrebató, provocando un forcejeo del que se dio cuenta doña Aurora y que motivó que ésta requisara mi apreciada carpetita, quedándose con ella sin devolvérmela.
Aparte de este suceso, recuerdo otros tres especialmente significativos: El primero, un partido de futbol en la Plaza de la Merced de los muchos que jugábamos y que ganábamos siempre, fuéramos los que fuéramos, los componentes del equipo. Pero un día tuvimos dificultad para encontrar portero y hubo que echar mano de uno de los `bibilines´, nombre con el que se conocía a los más pequeños. Se despistaba este y aquella portería se convirtió en un coladero. No fue buena idea confiar la defensa a un guardameta de dos años.
El segundo, fue el incendio que provocó un rayo caído sobre el chapitel de la torre de la Iglesia de San Andrés. Según Pedro Luis Peñas en su blog SEGOVIA Y MATEMÁTICAS, este suceso se produjo el jueves 15 de abril de 1943. Pero yo siempre he tenido en mi mente que la tormenta se desencadenó el Viernes de Dolores, no recuerdo si de 1943 o 1944.
Escuchamos el tremendo ruido del trueno, el fogonazo del relámpago y la caída del rayo, todo a la vez. Al poco, vimos por las ventanas las llamas y trabajar a los bomberos. Mientras tanto, esperábamos a que nuestras madres vinieran a recogernos.
Como la reconstrucción tardó algún tiempo por causa de la falta de recursos económicos, el olor a madera quemada persistió en el ambiente perpetuándose en el tiempo. Aun hoy cuando paso por sus inmediaciones, creo percibir este olor. Varias veces y en Viernes de Dolores, he recordado el suceso, sentado en un banco y contemplando la torre.
El tercero y último tuvo que ver con la celebración en mayo del mes de María. Teníamos que llevar flores para un altarcito de la Virgen que había en el vestíbulo. Cuando dije en mi casa que debían comprarme un ramo, a mi padre no se le ocurrió otra cosa que cortarlo de un sauco florecido en el patio de la casa. Olía a demonios. No me atrevía a llevarlo pero se me obligó. Y cuando llegado el momento se lo entregué a doña Aurora, esta exclamó ¡Que peste! y lo arrojó violentamente por la ventana de un patio interior.
LAS BELGAS fue para muchos niños segovianos un referente que luego tuvo continuidad en la calle de La Trinidad. Fue famosa en esta nueva época “la fila” por las calles de Segovia que recogía a los niños y los trasladaba hasta la nueva ubicación en el número 2, pudo ser otro borrado y 8 actual. El Colegio lo regentaba ahora doña Carmen van den Eynde.
Dicho esto, agradezco la inestimable aportación que me ha facilitado un alumno de esta segunda época y que ha recabado de la Prensa Histórica. No desea este que cite su nombre. Es, sin duda, un valioso conjunto de datos que enriquecen estas líneas.
Florencio Julián Emilio Alejandro van den Eynde y Raskin (Amberes 1864-Segovia 1938) llega a España a finales del siglo XIX como cónsul belga en Bilbao, San Sebastián y otras ciudades, y también como inversor en empresas de la incipiente telefonía en el País Vasco. En junio de 1891 Florencio contrae matrimonio en Madrid con la cubano-asturiana Luisa Lucía de la Caridad de Posada de las Torres (1865-1926).
Florencio y Luisa-Lucía son los padres de Carmen van den Eyden de Posada (Bilbao 8-6-1903-Segovia 4-6-1975) futura directora de la segunda época del HISPANO-BELGA en la Trinidad; la maestra María Luisa (1894-Segovia 1957); las monjas Concepción y Pilar, y Alberto, ciudadano belga muerto en la adolescencia en tiempos de la I Guerra Mundial, probablemente en el frente.
Doña Carmen fue monja también algún tiempo. En La Correspondencia de España (30-9-1920) se dice; “En el Convento de Religiosas Agustinas Misioneras de Ultramar se ha celebrado la toma de hábito de la señorita Carmen van den Eyden y Posada que ha adoptado el nombre de religión de Isabel María, apadrinándola su Alteza Real la Infanta doña Isabel, representada por la marquesa de Alhucemas”.
Florencio se instala en Segovia en 1934 en la Plaza de la Merced número 4, primera sede del colegio historiado. Con estas señas anuncia la venta de bombas eléctricas (La Ciudad y los Campos, 19-5-1934). En los años siguientes figura como miembro del Cuerpo de agentes comerciales de Segovia. (Heraldo Segoviano, 17-2-1935) (26-1-1936).
¿Podría pensarse que doña Aurora, ajena a la familia, es una contratada para dirigir la primera época de LAS BELGAS y doña Luisa, la hija maestra de Florencio? Sin embargo, existe la foto de un nicho en el cementerio de Segovia, publicado en Internet por algún descendiente que muestra juntos los nombres de Florencio van den Eynde, Aurora Muñoz Folch (fallecida el 10-9-1952) y Luisa Vázquez Folch (fallecida el 3-9-1962).
Durante la segunda época del COLEGIO HISPANO-BELGA aparece como regidora absoluta la ex religiosa Carmen van den Eynde de Posada, repito (1903-1975), hija del cónsul belga ya citado y casada, a la sazón con Manuel Martínez de Tejada Rojero, o Rogero (Santiuste de San Juan Bautista 25-6-1909, 22-10-2000).
Carmen y Manuel son, a su vez, padres de Concepción Eulalia, Juan José (1040-1998), y Teresa de los Dolores Martínez de Tejada van den Eynde (a) “Teruca” (Segovia, 15-10-1944- Viveiro 2-3-2019) profesora multiuso del colegio y esposa, después, del militar Felicísimo García Sevillano.
El recuerdo que el COLEGIO-HISPANO BELGA me dejó fue imperecedero y supongo que también en muchos de sus alumnos. Pienso que no estaría de más dedicarle un pequeño detalle en el callejero segoviano o cuando menos, una modesta placa.
—— (*) Académico Honorario de San Quirce.
martes, 11 de julio de 2023
Y dale con el español. Hilando fino
Y dale con el español. Hilando fino
Carlos Arnanz Ruiz - El Adelantado de Segovia - 23 diciembre, 2022
Cada tres semanas, aproximadamente, vengo ofreciendo a los lectores de EL ADELANTADO de Segovia artículos con el deseo de que puedan ser de su interés. Para no abrumarles, opto por no prodigarme, y así dejo paso a otras firmas que también tienen cosas que contar.
Sin embargo y apenas cuatro días después de que saliera mi última entrega, aparece en este mismo diario una noticia a la que me gustaría dedicar, con el mayor respeto, unos breves comentarios. Rompo, pues, la norma y me apresuro a una redacción de urgencia y si el periódico lo permite, a una publicación antes de lo acostumbrado.
Fue el 17 de diciembre de 2022 cuando en EL ADELANTADO de Segovia pudimos leer: «JUNTA, RAE, USAL y SALAMANCA se alían por el CENTRO DEL ESPAÑOL». Sigue luego un subtítulo que dice: “Las cuatro instituciones firman un convenio para fomentar el idioma mediante diversos proyectos”. Y se ilustra la información con una fotografía en la que aparecen, según su pie de foto, Carlos García Carbayo, Santiago Muñoz Machado, Alfonso Fernández Mañueco y Ricardo Rivero (alcalde de Salamanca, director de la Real Academia Española, presidente de la Junta de Castilla y León y rector de la Universidad de Salamanca, respectivamente).
Comienzo destacando que el Artículo 3.-1. de la Constitución Española dice textualmente: «El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla». ¿Podría ser inconstitucional llamar al castellano español?
Hace el presidente de la Junta una cierta reivindicación de Antonio de Nebrija como si este hubiera escrito la gramática de la lengua española y no castellana. Lo que se podría dulcificar alegando que el español es el castellano evolucionado. Pero, ¿acaso no ha evolucionado el inglés y no se le llama británico?
Con relación a la RAE, ¡ay la RAE!, podríamos preguntarnos: Real Academia Española de qué? aunque luego se explique que es «una institución que vela por los cambios que experimenta la lengua española en su constante adaptación a las necesidades…».
Rescato, al respecto, un párrafo del MANIFIESTO DE LA LENGUA CASTELLANA EN SU MILENARIO que se publicó en noviembre de 1978, en CASTILLA, Boletín de Comunidad Castellana (y quiero recordar que en otros periódicos). Dice textualmente: «Parece oportuno recordar que la propia Real Academia no introdujo la denominación de ‘lengua española’ hasta la decimoquinta edición de su Diccionario. Siempre, desde su fundación, había sido el ‘Diccionario de la lengua castellana’, y en esta edición publicada en 1925, se cambia a ‘lengua española’, exclusivamente por motivos políticos congruentes con la ideología centralista de la dictadura imperante a la sazón en el país. Es más, la edición estaba ya tirada y encuadernada como ‘Diccionario de la lengua castellana’, y en el último momento, antes de ponerla en circulación, se sustituyó la página de la portada por otra con la expresión nueva de ‘lengua española’. Unos pocos ejemplares pudieron ser librados de esa alteración, por iniciativa extraoficial y reservada, y permanecen hoy como testigos de una lamentable imposición política».
Pero hay más. EL ADELANTADO de fecha 29 de junio de 2008 publicó a tres columnas un MANIFIESTO POR UNA LENGUA COMÚN. Este documento venía firmado en el Ateneo de Madrid por 17 intelectuales españoles, encabezados por Mario Vargas Llosa, José Antonio Marina, Aurelio Arteta, Félix de Azúa, Albert Boadella, Carlos Castilla del Pino, Luis Alberto de Cuenca, Arcadi Espada, Alberto González Troyano, Antonio Lastra, Carmen Iglesias, Carlos Martínez Gorriarán, José Luis Pardo, Álvaro Pombo, Ramón Rodríguez, José Mª Ruiz Soroa, Fernando Savater y Fernando Sosa Wagner.
Dicen textualmente los primeros renglones: «Desde hace algunos años hay crecientes razones para preocuparse en nuestro país por la situación institucional de la lengua castellana, la única lengua juntamente oficial y común de todos los ciudadanos españoles…».
Y se propone como punto de partida el establecimiento de una serie de premisas relacionadas con las diversas lenguas de España, todas ellas españolas y en las que se hace siempre mención al castellano y no al español. Si bien es verdad que, a mi juicio, está mejor explicado este tema y más sucintamente, en el mismo manifiesto del Milenario de la lengua castellana citado.
Así pues, cuando a una petición formulada por la Real Academia Española a las Cortes que se incluya en la Constitución la mención explícita de que “el castellano reciba la denominación de español o lengua española, como lengua común a toda la nación” “y como lengua española por antonomasia”, Comunidad Castellana respondió de la manera siguiente:
«Comunidad Castellana tiene el honor de elevar a V.E. y a las Cortes de su digna presidencia las siguientes consideraciones: La proposición de la Real Academia es errónea, a nuestro juicio, y perjudicial para la tarea esencial, que tanto nos importa, de fomentar la integración fraterna de todos los pueblos españoles. El trasfondo político de esa petición -aunque no se lo haya presentado así la docta Corporación-, añade un elemento más de dificultad a esa tarea, pues, sin duda explicita la imagen de una concepción unitarista y centralizadora de España, que infravalora las otras lenguas y culturas españolas. En este sentido estimamos que se trata de una proposición perturbadora».
Dice el convenio en el que ahora se alían Junta, RAE, USAL y Salamanca que «La industria del español es una oportunidad de progreso y futuro para Salamanca y Castilla y León, y por tanto para España». No pongo en duda la buena voluntad que inspira tal compromiso. Pero se advierten los mismos vicios perniciosos de siempre.
Al mismo tiempo da la impresión de que el alcalde de mi querida ciudad leonesa de Salamanca ha querido aprovechar que el Tormes pasa por allí, para sacar tajada de unas oportunidades que, aunque erróneas, hubieran querido para sí otras poblaciones de esta discutida autonomía.
Finalmente creo conveniente subrayar que la redacción del manifiesto de la Lengua Castellana en su Milenario fue debida al trabajo colectivo de un grupo de expertos, capitaneados obviamente por el ilustre historiador segoviano Manuel González Herrero. Este documento está sellado en San Millán de la Cogolla en noviembre de 1977. Año del milenario de la lengua de Castilla y un año antes de su publicación como dije, en 1978.
Carlos Arnanz Ruiz - El Adelantado de Segovia - 23 diciembre, 2022
Cada tres semanas, aproximadamente, vengo ofreciendo a los lectores de EL ADELANTADO de Segovia artículos con el deseo de que puedan ser de su interés. Para no abrumarles, opto por no prodigarme, y así dejo paso a otras firmas que también tienen cosas que contar.
Sin embargo y apenas cuatro días después de que saliera mi última entrega, aparece en este mismo diario una noticia a la que me gustaría dedicar, con el mayor respeto, unos breves comentarios. Rompo, pues, la norma y me apresuro a una redacción de urgencia y si el periódico lo permite, a una publicación antes de lo acostumbrado.
Fue el 17 de diciembre de 2022 cuando en EL ADELANTADO de Segovia pudimos leer: «JUNTA, RAE, USAL y SALAMANCA se alían por el CENTRO DEL ESPAÑOL». Sigue luego un subtítulo que dice: “Las cuatro instituciones firman un convenio para fomentar el idioma mediante diversos proyectos”. Y se ilustra la información con una fotografía en la que aparecen, según su pie de foto, Carlos García Carbayo, Santiago Muñoz Machado, Alfonso Fernández Mañueco y Ricardo Rivero (alcalde de Salamanca, director de la Real Academia Española, presidente de la Junta de Castilla y León y rector de la Universidad de Salamanca, respectivamente).
Comienzo destacando que el Artículo 3.-1. de la Constitución Española dice textualmente: «El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla». ¿Podría ser inconstitucional llamar al castellano español?
Hace el presidente de la Junta una cierta reivindicación de Antonio de Nebrija como si este hubiera escrito la gramática de la lengua española y no castellana. Lo que se podría dulcificar alegando que el español es el castellano evolucionado. Pero, ¿acaso no ha evolucionado el inglés y no se le llama británico?
Con relación a la RAE, ¡ay la RAE!, podríamos preguntarnos: Real Academia Española de qué? aunque luego se explique que es «una institución que vela por los cambios que experimenta la lengua española en su constante adaptación a las necesidades…».
Rescato, al respecto, un párrafo del MANIFIESTO DE LA LENGUA CASTELLANA EN SU MILENARIO que se publicó en noviembre de 1978, en CASTILLA, Boletín de Comunidad Castellana (y quiero recordar que en otros periódicos). Dice textualmente: «Parece oportuno recordar que la propia Real Academia no introdujo la denominación de ‘lengua española’ hasta la decimoquinta edición de su Diccionario. Siempre, desde su fundación, había sido el ‘Diccionario de la lengua castellana’, y en esta edición publicada en 1925, se cambia a ‘lengua española’, exclusivamente por motivos políticos congruentes con la ideología centralista de la dictadura imperante a la sazón en el país. Es más, la edición estaba ya tirada y encuadernada como ‘Diccionario de la lengua castellana’, y en el último momento, antes de ponerla en circulación, se sustituyó la página de la portada por otra con la expresión nueva de ‘lengua española’. Unos pocos ejemplares pudieron ser librados de esa alteración, por iniciativa extraoficial y reservada, y permanecen hoy como testigos de una lamentable imposición política».
Pero hay más. EL ADELANTADO de fecha 29 de junio de 2008 publicó a tres columnas un MANIFIESTO POR UNA LENGUA COMÚN. Este documento venía firmado en el Ateneo de Madrid por 17 intelectuales españoles, encabezados por Mario Vargas Llosa, José Antonio Marina, Aurelio Arteta, Félix de Azúa, Albert Boadella, Carlos Castilla del Pino, Luis Alberto de Cuenca, Arcadi Espada, Alberto González Troyano, Antonio Lastra, Carmen Iglesias, Carlos Martínez Gorriarán, José Luis Pardo, Álvaro Pombo, Ramón Rodríguez, José Mª Ruiz Soroa, Fernando Savater y Fernando Sosa Wagner.
Dicen textualmente los primeros renglones: «Desde hace algunos años hay crecientes razones para preocuparse en nuestro país por la situación institucional de la lengua castellana, la única lengua juntamente oficial y común de todos los ciudadanos españoles…».
Y se propone como punto de partida el establecimiento de una serie de premisas relacionadas con las diversas lenguas de España, todas ellas españolas y en las que se hace siempre mención al castellano y no al español. Si bien es verdad que, a mi juicio, está mejor explicado este tema y más sucintamente, en el mismo manifiesto del Milenario de la lengua castellana citado.
Así pues, cuando a una petición formulada por la Real Academia Española a las Cortes que se incluya en la Constitución la mención explícita de que “el castellano reciba la denominación de español o lengua española, como lengua común a toda la nación” “y como lengua española por antonomasia”, Comunidad Castellana respondió de la manera siguiente:
«Comunidad Castellana tiene el honor de elevar a V.E. y a las Cortes de su digna presidencia las siguientes consideraciones: La proposición de la Real Academia es errónea, a nuestro juicio, y perjudicial para la tarea esencial, que tanto nos importa, de fomentar la integración fraterna de todos los pueblos españoles. El trasfondo político de esa petición -aunque no se lo haya presentado así la docta Corporación-, añade un elemento más de dificultad a esa tarea, pues, sin duda explicita la imagen de una concepción unitarista y centralizadora de España, que infravalora las otras lenguas y culturas españolas. En este sentido estimamos que se trata de una proposición perturbadora».
Dice el convenio en el que ahora se alían Junta, RAE, USAL y Salamanca que «La industria del español es una oportunidad de progreso y futuro para Salamanca y Castilla y León, y por tanto para España». No pongo en duda la buena voluntad que inspira tal compromiso. Pero se advierten los mismos vicios perniciosos de siempre.
Al mismo tiempo da la impresión de que el alcalde de mi querida ciudad leonesa de Salamanca ha querido aprovechar que el Tormes pasa por allí, para sacar tajada de unas oportunidades que, aunque erróneas, hubieran querido para sí otras poblaciones de esta discutida autonomía.
Finalmente creo conveniente subrayar que la redacción del manifiesto de la Lengua Castellana en su Milenario fue debida al trabajo colectivo de un grupo de expertos, capitaneados obviamente por el ilustre historiador segoviano Manuel González Herrero. Este documento está sellado en San Millán de la Cogolla en noviembre de 1977. Año del milenario de la lengua de Castilla y un año antes de su publicación como dije, en 1978.
lunes, 3 de julio de 2023
El Doctor Caldas, Don Antonio Machado y yo
El Doctor Caldas, Don Antonio Machado y yo
Carlos Arnanz Ruiz -El Adelantado de Segovia - 13 diciembre, 2022
Un caluroso día del verano de 1960 decidimos mi novia y yo “unirnos hasta que la muerte nos separe”. Celebramos una sencilla ceremonia que tuvo lugar en la ermita de San Antonio del entonces SAN CRISTÓBAL DE PALAZUELOS y hoy de SEGOVIA. Finalizados los actos religiosos y ya a la salida, me esperaban los mozos del pueblo para cumplir con un antiguo ritual. Me esperaban a mí, que no a la novia porque esta era del lugar y yo, forastero.
Consistía la tradición en subirme a hombros, como a un torero y balancearme al mismo tiempo. Desde esta posición tenía que dispararle un cantazo a un gallo vivo atado a lo más alto de una cucaña, que también movían. Y por si fuera poco, en una hoguera aledaña, habían calentado la piedra que debería arrojar al pobre gallus, gallus.
No le di, como es natural, con tantos impedimentos. Por lo cual tuve que abonar 500 pesetas para evitar ir de cabeza al pilón. De todas formas, nada pudo impedir que el pobre gallo terminara en la cazuela, pagando con su vida la fiesta.
Poco tiempo después y cuando nos las prometíamos tan felices, me salió un bulto en el muslo derecho que fue creciendo hasta alcanzar el tamaño de una nuez. No me molestaba pero decidimos visitar a un médico de Segovia para conocer su opinión. Nos dijo que se trataba de un lipoma, un sarcoma o un no sé qué oma y que no tenía importancia.
Se había comprado Sita, nombre familiar de mi esposa, el DICCIONARIO MÉDICO LÁBOR PARA LA FAMILIA y en cuanto llegamos a casa lo primero que hizo fue consultar la palabra LIPOMA: “(Tumor de grasa). Tumor frecuente y benigno”… Miró luego SARCOMA: “Tumor maligno del tejido conjuntivo. Cáncer”. Al no sé qué oma no le hizo ya caso.
Córcholis, ¿un sarcoma no tenía importancia? Se nos ocurrió entonces hacer una comparativa, para lo cual buscamos un oncólogo en Madrid. El diario ABC nos ofreció el anuncio de una clínica en la Plaza del Marqués de Salamanca. Escribimos una carta explicando el caso y se nos citó para cierto día a cierta hora.
Y allí acudimos poseídos de todos los temores que se puedan imaginar, porque menuda papeleta se nos presentaba de confirmarse que el bulto fuera un cáncer. Dimos enseguida con el magnífico edificio donde se ubicaba la clínica y accedimos al interior de esta, igualmente espléndido.
Baste decir que en la sala de espera se exhibían varios cuadros de excelente factura, entre los que descubrimos nada menos que un Picasso. En este punto nos miramos y sin decirnos nada, recelamos de dónde nos habíamos metido.
Instantes después una enfermera nos mandó pasar a la sala de consultas, espaciosa, luminosa, donde el Doctor Caldas nos esperaba. Era este un hombre joven, de gran porte, simpático, de verbo fácil…vamos, que nos devolvió la confianza perdida.
Nos hizo toda una serie de preguntas a las que respondimos con absoluta sinceridad y acto seguido, me examinó el bulto más detenidamente que el médico segoviano. Nos dijo que le parecía un quiste sebáceo pero que, para mayor seguridad, creía conveniente realizar una extracción con la correspondiente biopsia. La operación se efectuaría en una clínica cercana de acreditada fama.
No nos pareció mal la idea pero ¿Por cuánto nos podría salir la broma? Pregunta obvia a la que nos contestó que: “ningún paciente suyo se había tenido que ir al tren sin dinero para el taxi.” No nos dio presupuesto y nos citó para el día D y hora H en el sugerido centro hospitalario.
Para quitarle hierro al asunto derivó la conversación hacia D. Antonio Machado y su participación en la fundación de la Universidad Popular Segoviana, tema que ya habíamos tocado en la conversación inicial.
Llegado el momento nos presentamos a nuestra cita y, por mi parte, en las condiciones requeridas. Entré al quirófano. Una enfermera me puso una inyección de anestesia local y una vez dispuesto en la mesa de operaciones, esperé a que apareciera el Doctor Caldas. No tardó en presentarse y lo hizo con su habitual simpatía, sonriendo, con el bisturí en la mano. Y en vez de saludarme, como hubiera sido lo natural, con un ademán declamatorio me dijo: “LA ESPAÑA DE CHARANGA Y PANDERETA”. Y en diciendo esto, zas, le dio un tajo al bulto.
Detuvo la mano y se quedó en silencio, mirándome burlonamente. Entonces alcé la voz y dije “CERRADO Y SACRISTÍA”. A lo cual añadió: “DEVOTA DE FRASCUELO Y DE MARÍA” en tanto que con un nuevo tajo arremetía contra el quiste, tras lo cual declamé: ”DE ESPÍRITU BURLÓN Y DE ALMA QUIETA”.
Y burla burlando, entre tajo y tajo y verso y verso se confundió en aquellos instantes la poesía del MAÑANA EFÍMERO con aquella cirugía eminentemente machadiana.
Ni que decir tiene que este episodio lo he recordado y comentado durante toda mi vida en numerosas ocasiones. El resultado fue feliz y la biopsia determinó que se trataba de un quiste sebáceo. En cuanto a la factura total de la intervención fue insignificante.
Ha transcurrido más de medio siglo sin saber nada del Doctor Caldas. Hasta que hace un par de años decidí operarme de la vista en una clínica de cirugía avanzada de Madrid. Me quedé en esta ciudad y en el domicilio de unos familiares por si fuera necesario resolver alguna contingencia. Cierta tarde pasamos por la Plaza del Marqués de Salamanca mis anfitriones y yo. Sita, mi esposa, ya no me acompañaba en esta ocasión por haber fallecido. Y conté nuevamente la historia.
Días después, mi hijo Carlos Mª, que se había quedado con la copla y se maneja muy bien por Internet, averiguó lo siguiente: El Doctor Caldas había sido uno de los más relevantes intelectuales españoles de las últimas décadas. Anduvo por los Estados Unidos y otros países de Hispanoamérica. También por Italia donde conoció al Pio XII y se estableció en la capital de España poco antes del episodio que me concierne. Parece ser que sus minutas estaban acorde con los ingresos de sus pacientes y le gustaba mucho la pintura.
Militó en el Partido Comunista de España. Médico de Líster con el que mantuvo una gran amistad. Fue uno de los fundadores de MÉDICOS PARA LA PAZ. En 1985 esta institución recibió el premio Nobel. Nació en 1921 y falleció en 2014. La mayor parte de estos datos los facilita en Internet JM Menéndez al que, desde estas líneas, expreso mi agradecimiento.
La biografía del doctor Caldas no termina en lo dicho. Pero quedaría incompleta de manera flagrante si no subrayara que también fue galardonado con el premio León Felipe de poesía. Premio que convoca el Ayuntamiento de Tabara, Zamora, lugar de nacimiento de este reconocido poeta.
El Doctor Caldas, por lo que se ve, no solo fue un buen médico sino también un buen poeta. Queda acreditada su admiración por el autor de Campos de Castilla; admiración que yo también comparto. Sin embargo no tengo más remedio que reconocer los mil años luz que me separan como poeta del Doctor Caldas y de los infinitos de D. Antonio Machado. Y para muestra vale un botón:
AÑORANZAS/ Cogido De la mano/ me llevó mi padre al río/ para que viera a los peces/ en su libre albedrío. La alameda de El Parral/ fue el lugar elegido. / Que alta quedaba Segovia. /Que bajo el pensamiento mío. ¿Dónde fueron a parar / agua, peces, padre y niño?
Escrito para la ocasión.
— (*) Académico Honorario de San Quirce.
Carlos Arnanz Ruiz -El Adelantado de Segovia - 13 diciembre, 2022
Un caluroso día del verano de 1960 decidimos mi novia y yo “unirnos hasta que la muerte nos separe”. Celebramos una sencilla ceremonia que tuvo lugar en la ermita de San Antonio del entonces SAN CRISTÓBAL DE PALAZUELOS y hoy de SEGOVIA. Finalizados los actos religiosos y ya a la salida, me esperaban los mozos del pueblo para cumplir con un antiguo ritual. Me esperaban a mí, que no a la novia porque esta era del lugar y yo, forastero.
Consistía la tradición en subirme a hombros, como a un torero y balancearme al mismo tiempo. Desde esta posición tenía que dispararle un cantazo a un gallo vivo atado a lo más alto de una cucaña, que también movían. Y por si fuera poco, en una hoguera aledaña, habían calentado la piedra que debería arrojar al pobre gallus, gallus.
No le di, como es natural, con tantos impedimentos. Por lo cual tuve que abonar 500 pesetas para evitar ir de cabeza al pilón. De todas formas, nada pudo impedir que el pobre gallo terminara en la cazuela, pagando con su vida la fiesta.
Poco tiempo después y cuando nos las prometíamos tan felices, me salió un bulto en el muslo derecho que fue creciendo hasta alcanzar el tamaño de una nuez. No me molestaba pero decidimos visitar a un médico de Segovia para conocer su opinión. Nos dijo que se trataba de un lipoma, un sarcoma o un no sé qué oma y que no tenía importancia.
Se había comprado Sita, nombre familiar de mi esposa, el DICCIONARIO MÉDICO LÁBOR PARA LA FAMILIA y en cuanto llegamos a casa lo primero que hizo fue consultar la palabra LIPOMA: “(Tumor de grasa). Tumor frecuente y benigno”… Miró luego SARCOMA: “Tumor maligno del tejido conjuntivo. Cáncer”. Al no sé qué oma no le hizo ya caso.
Córcholis, ¿un sarcoma no tenía importancia? Se nos ocurrió entonces hacer una comparativa, para lo cual buscamos un oncólogo en Madrid. El diario ABC nos ofreció el anuncio de una clínica en la Plaza del Marqués de Salamanca. Escribimos una carta explicando el caso y se nos citó para cierto día a cierta hora.
Y allí acudimos poseídos de todos los temores que se puedan imaginar, porque menuda papeleta se nos presentaba de confirmarse que el bulto fuera un cáncer. Dimos enseguida con el magnífico edificio donde se ubicaba la clínica y accedimos al interior de esta, igualmente espléndido.
Baste decir que en la sala de espera se exhibían varios cuadros de excelente factura, entre los que descubrimos nada menos que un Picasso. En este punto nos miramos y sin decirnos nada, recelamos de dónde nos habíamos metido.
Instantes después una enfermera nos mandó pasar a la sala de consultas, espaciosa, luminosa, donde el Doctor Caldas nos esperaba. Era este un hombre joven, de gran porte, simpático, de verbo fácil…vamos, que nos devolvió la confianza perdida.
Nos hizo toda una serie de preguntas a las que respondimos con absoluta sinceridad y acto seguido, me examinó el bulto más detenidamente que el médico segoviano. Nos dijo que le parecía un quiste sebáceo pero que, para mayor seguridad, creía conveniente realizar una extracción con la correspondiente biopsia. La operación se efectuaría en una clínica cercana de acreditada fama.
No nos pareció mal la idea pero ¿Por cuánto nos podría salir la broma? Pregunta obvia a la que nos contestó que: “ningún paciente suyo se había tenido que ir al tren sin dinero para el taxi.” No nos dio presupuesto y nos citó para el día D y hora H en el sugerido centro hospitalario.
Para quitarle hierro al asunto derivó la conversación hacia D. Antonio Machado y su participación en la fundación de la Universidad Popular Segoviana, tema que ya habíamos tocado en la conversación inicial.
Llegado el momento nos presentamos a nuestra cita y, por mi parte, en las condiciones requeridas. Entré al quirófano. Una enfermera me puso una inyección de anestesia local y una vez dispuesto en la mesa de operaciones, esperé a que apareciera el Doctor Caldas. No tardó en presentarse y lo hizo con su habitual simpatía, sonriendo, con el bisturí en la mano. Y en vez de saludarme, como hubiera sido lo natural, con un ademán declamatorio me dijo: “LA ESPAÑA DE CHARANGA Y PANDERETA”. Y en diciendo esto, zas, le dio un tajo al bulto.
Detuvo la mano y se quedó en silencio, mirándome burlonamente. Entonces alcé la voz y dije “CERRADO Y SACRISTÍA”. A lo cual añadió: “DEVOTA DE FRASCUELO Y DE MARÍA” en tanto que con un nuevo tajo arremetía contra el quiste, tras lo cual declamé: ”DE ESPÍRITU BURLÓN Y DE ALMA QUIETA”.
Y burla burlando, entre tajo y tajo y verso y verso se confundió en aquellos instantes la poesía del MAÑANA EFÍMERO con aquella cirugía eminentemente machadiana.
Ni que decir tiene que este episodio lo he recordado y comentado durante toda mi vida en numerosas ocasiones. El resultado fue feliz y la biopsia determinó que se trataba de un quiste sebáceo. En cuanto a la factura total de la intervención fue insignificante.
Ha transcurrido más de medio siglo sin saber nada del Doctor Caldas. Hasta que hace un par de años decidí operarme de la vista en una clínica de cirugía avanzada de Madrid. Me quedé en esta ciudad y en el domicilio de unos familiares por si fuera necesario resolver alguna contingencia. Cierta tarde pasamos por la Plaza del Marqués de Salamanca mis anfitriones y yo. Sita, mi esposa, ya no me acompañaba en esta ocasión por haber fallecido. Y conté nuevamente la historia.
Días después, mi hijo Carlos Mª, que se había quedado con la copla y se maneja muy bien por Internet, averiguó lo siguiente: El Doctor Caldas había sido uno de los más relevantes intelectuales españoles de las últimas décadas. Anduvo por los Estados Unidos y otros países de Hispanoamérica. También por Italia donde conoció al Pio XII y se estableció en la capital de España poco antes del episodio que me concierne. Parece ser que sus minutas estaban acorde con los ingresos de sus pacientes y le gustaba mucho la pintura.
Militó en el Partido Comunista de España. Médico de Líster con el que mantuvo una gran amistad. Fue uno de los fundadores de MÉDICOS PARA LA PAZ. En 1985 esta institución recibió el premio Nobel. Nació en 1921 y falleció en 2014. La mayor parte de estos datos los facilita en Internet JM Menéndez al que, desde estas líneas, expreso mi agradecimiento.
La biografía del doctor Caldas no termina en lo dicho. Pero quedaría incompleta de manera flagrante si no subrayara que también fue galardonado con el premio León Felipe de poesía. Premio que convoca el Ayuntamiento de Tabara, Zamora, lugar de nacimiento de este reconocido poeta.
El Doctor Caldas, por lo que se ve, no solo fue un buen médico sino también un buen poeta. Queda acreditada su admiración por el autor de Campos de Castilla; admiración que yo también comparto. Sin embargo no tengo más remedio que reconocer los mil años luz que me separan como poeta del Doctor Caldas y de los infinitos de D. Antonio Machado. Y para muestra vale un botón:
AÑORANZAS/ Cogido De la mano/ me llevó mi padre al río/ para que viera a los peces/ en su libre albedrío. La alameda de El Parral/ fue el lugar elegido. / Que alta quedaba Segovia. /Que bajo el pensamiento mío. ¿Dónde fueron a parar / agua, peces, padre y niño?
Escrito para la ocasión.
— (*) Académico Honorario de San Quirce.
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