CON OCASIÓN DEL XIV MANIFIESTO DEL DÍA REGIONAL DEL PATRIMONIO
Mis queridos amigos y lectores en general:
He recibido con satisfacción el Manifiesto que habéis
redactado con motivo del XIV Día Regional del Patrimonio de Castilla y León que
tituláis “Por una gestión respetuosa con el patrimonio”. Lo suscribo
plenamente, si bien me gustaría hacer algunas puntualizaciones.
Es, a mi juicio, el Patrimonio algo que supera el ámbito
meramente político por contener un poso histórico que va unido consustancialmente
con él. No es concebible un Patrimonio sin historia. Y aquí se considera la
defensa de un Patrimonio que si bien afecta íntegramente a las cinco provincias
leonesas, que básicamente coincide con el Reino de León, no ocurre lo mismo con las provincias castellanas, cortadas y
diseminadas del tronco común: Santander o Cantabria, Logroño o La Rioja,
Madrid, parte de Guadalajara y parte de Cuenca.
Hasta no hace mucho León lo componían: León, Zamora,
Salamanca, Valladolid y Palencia. Castilla: Santander, Burgos, Logroño, Soria,
Segovia y Ávila. Pero había “otra” Castilla, al sur, con parte de Madrid,
Guadalajara y Cuenca. No es de recibo
que este gran Patrimonio que hemos creado los castellanos y que en común hemos
mantenido durante siglos, se vea ahora despedazado por unas urgencias políticas
que antes o después darán problemas, porque como dijo Borges: “Tarde o temprano
vuelven las cosas”.
Un Patrimonio que, en algunos casos, es desvirtuado de su
proceso histórico, haciéndose malabares, para ocultar su pasado castellano. Hasta
nuestra lengua, principal valor de la cultura de Castilla, se le sustrae el hermoso vocablo
de castellana para llamarla español cuando españolas son todas las lenguas de
España. ¿Y cómo se concibe la maravilla de que el castellano ya no naciera en
Castilla? Hay quien dice que el español es el castellano evolucionado. ¿Acaso
no ha evolucionado el inglés y no se le llama británico?
Me agrada recibir noticias sobre vuestro desinteresado
trabajo. Pero me duele que éste sea sectorial respecto a Castilla, aunque, por
otra parte, se ocupe del Patrimonio del querido Reino de León.
Pido disculpas tal vez por la inoportunidad de estas
palabras que no hubiera redactado de no ser por el hecho de habérseme nombrado recientísimamente
Presidente del Centro de Estudios Castellanos, entidad continuadora de
Comunidad Castellana y cuando a un no hemos tenido tiempo de hacer ni siquiera
una modesta presentación oficial.
Pido una reflexión al respecto y os envío mi saludo
afectuoso reiterando mi gratitud por
vuestro trabajo.
Carlos Arnanz Ruiz
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