lunes, 24 de diciembre de 2018

Pequeño homenaje al Teatro Juan Bravo en su centenario

El Adelantado de Segovia, 11 de Noviembre de 2018.

Carlos Arnanz Ruiz *

Varios meses lleva este artículo esperando su turno. El motivo de su retraso para enviarle a la redacción de EL ADELANTADO no ha sido otro que el no querer que coincidiera con otras colaboraciones en curso.

Transcurrido un tiempo prudencial, quisiera subrayar que más de cien veces me habré referido al Teatro Juan Bravo en escritos diversos. También de palabra. Y al apreciar su cercanía me ha parecido oportuno dedicarle un pequeño homenaje en su centenario.
De niño visitaba su sala. También de joven. Y, posteriormente, he presenciado desde sus butacas numerosos eventos hasta nuestros días. Y lo seguiré haciendo.

Hace ya dos décadas, investigábamos Víctor Mayor y yo en el Archivo Municipal de Segovia sobre la Filarmónica. De pronto, apareció en El Adelantado de Segovia una noticia de interés. Estaba fechada el 15 de agosto de 1917. Decía su titular: “Un nombre para un Teatro” Y, seguidamente, diversos detalles sobre la marcha de las obras alertaban de su buen ritmo.

Y también: “Según nuestras noticias, aun no está fijado el nombre que llevará el nuevo teatro. Tal vez se trate de hacer en este sentido una especie de plebiscito”.

Poco tiempo después, el lunes tres de septiembre de 1917, este mismo diario insistía: “El nuevo Teatro” “Un plebiscito”. “El Presidente de la Asociación de la Prensa ha recibido la siguiente carta que con mucho gusto publicamos: “Muy Sr. Mío: Ya saben ustedes que estoy realizando una obra genuinamente segoviana, la de dotar a esta población de un teatro digno de su importancia. Al acometer esta empresa…”

Alude seguidamente a las dificultades que se han solventado, al final feliz de las obras y al deseo de que su nombre responda a la opinión de los segovianos. Confía en que esta Asociación encuentre el medio más adecuado para ello. Firma, Alberto Villoslada.

D. Carlos Martín Crespo, persona polifacética en la ciudad, fundador y director de la “Banda de música la Popular” que amenizó las fiestas de la capital y provincia durante medio siglo, publicó una nota en El Adelantado fechada el 5 de septiembre de 1917 titulada:
“El nombre del nuevo Teatro”. “Plebiscito” y alude a que el Sr Villoslada se ha esforzado en dotar a Segovia de una obra que le ha costado numerosos desvelos “entiendo- dice- que debe perpetuarse esa obra con el nombre de quien dio gloria inmarcesible a esta ciudad.” Es evidente que se refería a Juan Bravo.

El llamamiento se desarrolló durante los días siguientes. El resultado con los votos que publica El Adelantado el martes 11 de septiembre de 1917, nos dice:
Juan Bravo, 53; Villoslada37; Cronista Lecea 6; Infanta Isabel 5; Lope de Rueda 2; Teatro, sin más 2; Castilla 1; Conde de Cheste1; Enrique IV 1: Isabel la Católica 1: Apolo 1; Colón 1: Mesón Grande 1; Acueducto 1; Echegaray 1: Principal 1 y Cervantes 1.

En total se registraron 116 opiniones con voto definido. Don Carlos Martín opta, pues, por Juan Bravo y es el primero que vota. El segundo es don Abilio Rodríguez Rosillo y lo hace por Castilla.

Es el tercero mi padre, Gregorio Arnanz, (1) que lo hace por Juan Bravo. Siguen con esta intención Julián Pérez del Barrio, D. Ramón Gómez Landero, D. Victoriano Casado…
Dirigió la obra el arquitecto Javier Cabello Dodero y la decoración del techo, con motivos musicales, fue debida al pintor Lope Tablada Maeso. Se desarrolló su construcción entre 1916 y 1917.

Incontables representaciones teatrales, proyecciones de películas, conciertos, actos diversos…han tenido lugar en su ámbito durante los cien años que ahora se cumplen. Y para este acontecimiento festivo no voy a referirme a ciertos datos históricos que serían más propios para el caso.. Sino a esos otros hechos populares y ocultos, conocidos solo por los espectadores. ¡Cuántas emociones vividas. ¡Cuántas alegrías y tristezas causadas por los argumentos u otras circunstancias!

De esta historia nunca contada he logrado rescatar, por casualidad, una anécdota que pongo como ejemplo. Por los años 50 del pasado siglo y teniendo yo quince o dieciséis años era ya un chico espigado. Tenía amigos, por lo regular, mayores que yo y entre ellos hubo uno al que se le ocurrió invitarme al cine, junto a dos chicas.

Deseaba celebrar su cumpleaños de tal manera. La cosa prometía. Pero cual no sería mi sorpresa, cuando en el punto de la cita, a la puerta del teatro, me encontré con dos mozas que doblaban mi edad.

Tras saludarnos y hacer cola, acudimos a nuestras localidades y una vez acomodados, me quedé mudo. Entonces la que se sentó a mi lado me espetó: ¿Y tú, no piensas casarte? Tardé en reaccionar y, finalmente, le respondí: Pues, no lo sé, señora.

Larga vida deseo a este singular coliseo en bien de Segovia y su provincia. Y recordar a don Alberto Villoslada, don Javier Cabello y don Lope Tablada Maeso, cabezas visibles de otras muchas personas que de una u otra manera, trabajaron en el empeño.
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(*) Académico Honorario de San Quirce.



(1) Repito una vez más la notable diferencia generacional entre mi padre y yo.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

UNA JORNADA PARTICULAR

El Adelantado de Segovia, 1 de Diciembre de 2018.

Carlos Arnanz Ruiz 

El  9 de diciembre de 1918, hace ahora cien años, no era domingo, como este año, sino lunes. Y en un mismo día tuvieron lugar en Segovia dos acontecimientos importantes. Uno por la mañana y otro por la tarde.

Amaneció la ciudad muy sensibilizada con el tema del regionalismo. Los regionalistas catalanes pedían más autonomía y Maciá, Presidente de la Generalidad, sin ambages, la independencia.

Un repaso a los periódicos madrileños de esos días- El Correo Español, El Globo, El País, El Imparcial, El Liberal, etc.- guardan noticias al respecto.  El Adelantado de Segovia lo hace también sobre actos en Castilla y en Segovia. En Burgos, el segoviano Luis Carretero y Nieva, considerado padre del regionalismo castellano, (1) pronunció una lúcida conferencia fijando principios.

El Círculo de la Unión Mercantil e Industrial de Segovia (2) hace un llamamiento y a él acude El Ayuntamiento, la Diputación y otras entidades que llenan de gente la Plaza Mayor.

Pero, vayamos por partes. Ya el 29 de noviembre El Adelantado de Segovia había publicado un Manifiesto de los jóvenes segovianos. Empezaba así: “A Castilla: Somos españoles, castellanos y jóvenes. Pensando en Castilla y en España, amando a España por españoles y castellanos, creemos que nuestra actividad ciudadana, impuesta como un deber de cumplimiento inaplazable por el estado de la nación y las circunstancias que la rodean, debe constreñirse de manera principal y directa al bien de Castilla…”

Lo firman Juan de Contreras (doctor en letras), Mariano Quintanilla (abogado), Antonio Sanz (abogado), Eugenio de la Torre Agero (dibujante), Francisco Carsi (doctor en Derecho), Andrés Reguera Antón (Industrial), José maría Aguilar (médico odontólogo), Javier Cabello (arquitecto), Gabino Herrero (abogado), Julián M Otero (licenciado en Derecho), Juan de Cáceres (estudiante), José Galicia (Ingeniero Agrónomo), M Álvarez Cerón (Ayudante de Obras públicas y escritor), Mariano la Orden (Maestro Nacional), Antonio Miguel (licenciado en Ciencias), Mariano Ferrari (Maestro Nacional), Juan Zuloaga (ceramista), Luis Ferrari (Maestro Nacional), Ignacio Carral  (estudiante) Luis M García Marcos (estudiante).

El documento está firmado tres días antes, es decir: el 26 de noviembre.  Y el mismo lunes 9 de diciembre, el día de autos, El Adelantado de Segovia da cuenta de otro manifiesto titulado “La Juventud regionalista segoviana”.

Decía éste: “Unidos solamente por el amor que todos sentimos hacia Castilla, algunos jóvenes segovianos por nacimiento o por afecto, nos reunimos con el fin  de formar una agrupación dedicada al estudio de la Historia, del arte, de las modalidades todas de la vida de nuestra región en el pasado y en el presente…” y lo firman Juan de Contreras y Mariano de la Orden.

La crónica de El Adelantado de Segovia del lunes 9  es tan extensa que no cabría en este espacio. Da pelos y señales de cuanto aconteció aquella mañana que intentaré resumir lo mejor posible.

Entre las once y las once y media la concurrencia fue llegando a la Plaza Mayor, “mezcladas todas las clases sociales, desde el aristócrata hasta el hijo del pueblo, desde el hombre de ciencia al modesto obrero”.

Hacia las doce no cabía un alfiler. Y a esta hora salieron del Ayuntamiento todas las Corporaciones convocadas por el Círculo de la Unión Mercantil e Industrial que llevó la iniciativa: Ayuntamiento, Diputación, Cámara de Comercio…

“Marchaban al frente los maceros del Ayuntamiento dando guardia de honor al llamado pendón morado de Castilla (3) que llevaba el alcalde Sr. Carretero.” Un aplauso  cerrado recibió esta enseña y se escucharon entusiastas vivas a Segovia, Castilla y España por parte de un gentío que ya desbordaba la plaza.

Se inicia  un gran cortejo que desciende por la Calle Real con los balcones llenos de gente. Una verdadera manifestación pacífica que llega hasta el Azoguejo. Se disparan voladores.

Allí la multitud se bifurca. Una parte sube por el Postigo, y los más, ascienden por la calle de San Juan. En la Diputación se habían colocado colgaduras con  terciopelo rojo. “Desde los balcones, el diputado Sr. Romero Martínez lee el mensaje que dirigen al Gobierno las Diputaciones  Castellanas”.

Después habló el Presidente D. Higinio Arribas quien consideró a Cataluña como la hija rebelde que se subleva contra la autoridad materna” y añadió que la manifestación no significaba odio a Cataluña sino repulsa  por un proyecto que no respetaba la igualdad entre regiones.

El diputado Sr. Cáceres expresó la satisfacción de ver a los segovianos unidos en un acto de tanta trascendencia y don Felipe Carretero, acalde de esta capital, dio las gracias a los asistentes y felicitó a todas las Diputaciones castellanas, especialmente a la de Burgos por el protagonismo que había tenido en la ocasión.

El Sr. Matabuena, Presidente del Círculo de la Unión Mercantil e Industrial y promotor del acto destacó la importancia de las manifestaciones convocadas en España.

Después, el Sr. D. Claudio Moreno Presidente de la Cámara de Comercio, alabó el entusiasmo de los presentes y destacó que “los capitalistas deben unirse para que con su concurso se puedan construir fábricas, crear talleres y en general toda clase de industrias que den de comer al obrero.”

La escala siguiente se hizo en el Gobierno Civil. Allí el Gobernador Sr. Bachiller recibió de manos de una nutrida representación las conclusiones acordadas.

Desde el Gobierno Civil la manifestación prosiguió hasta el Ayuntamiento, ”siendo despedido el pendón de la ciudad  con grandes aplausos y aclamaciones”. Luego, el gentío se disolvió sin el más mínimo incidente, culminándose uno de los más importantes acontecimientos habidos en Segovia.

Un apunte titulado “Segovia al día” de El Adelantado de Segovia de ese mismo día, hace alusión a que España entera parece un enorme manicomio por causa de una liga que aprieta exageradamente en sus pretensiones, que muestra su desapego a efectos consanguíneos de Cataluña con el resto del país y que si pega es porque se da de cachetes con la unidad de la patria.

Sobre el segundo acontecimiento de este día, ya he hablado  bastante últimamente con palabra hablada y escrita. Me limitaré simplemente a recordar que a las seis en punto de la tarde y en el Teatro Juan Bravo,  La Orquesta de Benedito iniciaría el primer concierto de la Sociedad Filarmónica de Segovia con obras  de Beethoven, Mozart, Grieg, Haendel, Bolzoni, Granados y Wagner.
      
(1) Luis Carretero y Nieva, ingeniero, nació en la ciudad de Segovia el 21 de junio de 1879 y  falleció en Veracruz, Méjico, el 26 de septiembre de 1950. Recibió de la Sociedad  Económica Segoviana de Amigos del País el encargo de escribir un libro sobre regionalismo castellano.   Se imprimió en Segovia en 1917 con el título “La Cuestión Regional de Castilla la Vieja. El Regionalismo Castellano.”

(2) El Círculo de la Unión Mercantil e Industrial de Madrid había convocado también  en esta ciudad  a una manifestación  a la que acudieron  entre 30 y 50.000 personas, según que fuentes.

(3) Castilla nunca tuvo un pendón ni morado ni de ningún otro color. Cada Comunidad tenía el suyo propio. Si tuvo un emblema que es un castillo dorado en campo de gules o rojo carmesí.